viernes, enero 09, 2009

Mineral Amarillo

Mi sociedad es un poco dicotómica, se mueve entre aguas de inconformismo, extrema inconsecuencia y un poder de visión de cortísimo plazo. Además, de no entender que esta nación se forjó a punta de picos y palas, extrayendo minerales de esta tierra.

Me pondría a enumerar miles de instancias por las cuales nuestro territorio es intervenido y, a nuestros originarios, se le ha negado la pertenencia a la tierra misma y a sus contratos de arrendamiento de terrenos. Siendo esta labor de enumeración, un sin fin de actos flagrantes en contra de un equilibrio de todas las partes involucradas. Dado aquello, no hago tal recuento, ya que el foco de mis intervenciones están por el desarrollo de mi sociedad, en los tiempos del mercaespacio.

Es por ello que no tengo reparos de las actividades de explotación de un mineral tan codiciado como el oro que, si existieran verdaderos hitos de pertenencia, en estos momentos, estaríamos en una beligerante circunstancia.

Esos indecibles metros cúbicos de mineral amarillo, deberían dar una real y contundente posición para con los directos herederos de su pertenencia; no obstante, al observar un gigante planetario asentado ya, solo queda solicitar que se catapulte a los que están contemplados para los tiempos de extracción.

Como les comenté antes: Hoy es tiempo de emplazar sendos dispositivos adosados a las redes y enclavarlos en las corporaciones dómine. Quizás, en el futuro se pueda decir que el oro de esa región dio un avance sustancial a la sociedad que habitaba en los alrededores.

Mientras escribo esto, en el sur de Chile, todavía están nuestros originarios luchando por sus tierras y ellos no reciben tal capacidad de diálogo, como lo que se sucede acá en esta pilastra electrónica.

Atte.

Héctor Samuel Quijada Olguín

CIO ij

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